jueves, 6 de mayo de 2010

El Martí de Fernando, de todos


El Martí de Fernando, de todos
Por: José Ramírez Pantoja

Gracias Fernando por entregarnos a tu Martí de esa manera tan sobria, tan inteligente, tan propiamente cinematográfica, tan cubana, tan tuya. Por momentos, no sé en qué plano, en qué diálogo, en qué acción, me parecía encontrarme con tu filmografía, ¿será que Martí el ojo del canario, viene en algún sentido a resumir tus Clandestinos, Hello Hemingway, Madagascar, La vida es silbar, Suite Habana y Madrigal?, a mi juicio todas desfilan por tu última entrega. Algo de cada una revive en tu película sobre el más universal de los cubanos.

A varios colegas le había escuchado decir que eres un hombre muy sencillo, que en ti, talento y bondad son una sola cualidad, lo del talento hace mucho lo comprobé, lo de la bondad, hoy, cuando pensé hacerte una entrevista de esas que el oficio nos dicta, sin embargo nació un diálogo muy cálido gracias a tu complicidad.

Tu respuesta a la primera interrogante fue precisa. Desde el estreno de Martí el ojo… en varias ocasiones has dicho que nos entregas un Martí muy tuyo. Si, yo pienso que cada cubano tiene su Martí y cuando me propusieron hacer una película sobre su historia, siempre supe que tenía que partir de mi mismo, de ver cómo yo lo sentía para poder identificarme con esa diversidad que hay en las miradas sobre nuestro apóstol. Creo firmemente que cada cubano tiene su Martí porque, por su ideario, por su poesía está vivo en cada cubano.

Para mí era un reto hacer un largometraje donde expresara un Martí por este camino tan personal y hasta el momento que la película comenzó a exhibirse y ha tenido su confrontación con los primeros espectadores, creo que si, que ese Martí personal también puede ser un Martí en el que se reconozcan muchos espectadores.

Eso, yo creo que lo logramos porque todos los que trabajamos en la película tuvimos que volver a la literatura martiana, fundamentalmente a la de los versos sencillos. El Presidio Político fue fundamental, y algunos textos donde él recuerda su infancia, y escribe sobre esta. En este sentido se hizo un minucioso trabajo de recopilación, y muchos textos fueron estudiados como referencia para diseñar toda la atmósfera visual y sonora de la película.

En la segunda pregunta te proponía conversar sobre cómo nos presentas a ese Martí en … el ojo del canario. Lo presento como un niño y un adolescente común y corriente, como cualquier hijo de vecino, pero con una mirada excepcional que es la mirada de la sensibilidad, la mirada que lo hace crecer posteriormente y llegar a ser el hombre genial que fue.

Pero si Martí fue genial, pienso que fue justamente porque en su infancia y en su adolescencia vivió también conflictos y problemas que pudieran ser los de cualquiera de nosotros. He buscado también un Martí que estando ubicado en su contexto del siglo XIX, sea un Martí vivo también en la contemporaneidad, en la vida de hoy y que haya situaciones y contradicciones que pudieran ser las nuestras o las de cualquier joven en la Cuba de este día.

En la poética de El ojo del canario, ¿Cuánto hay del lenguaje visual, del lenguaje conceptual de tus películas anteriores? En esta película yo vuelvo a una narración mucho más clásica. Es una historia de vida y la película se construye de acuerdo a esa estructura, sin embargo siento que a diferencia de Clandestinos y Hello Hemingway que responden a esa estructura, aquí, a partir de que quiero expresar un poco el mundo interior de Martí, y su sensibilidad poética, hay algunas imágenes y algunos momentos que manejan un poco la asociación metafórica tal como se hizo en La vida es silbar y en Madagascar que son películas que van más por este camino. Vuelvo a una narración más clásica pero sin dejar de trabajar también en los aspectos asociativos que marcan más el lenguaje de mis películas.

¿Cuánto hay de Fernando Pérez en El ojo del canario? Todo, pero también hay mucho de otros sin quienes no hubiera sido posible hacer realidad este sueño en el que ya llevaba alrededor de tres años. Tengo que agradecerles a todos los actores que trabajaron en la película, a Raúl Pérez Ureta, el director de fotografía, por la imagen y la atmósfera que logró crear, a Eric Grass por el diseño de arte que hizo de la película, en fin, hay mucho de mí pero también hay de muchos otros.

Reconozco que tus respuestas a mis humildes preguntas, me emocionaron y nacieron otras. Los habaneros y los camagüeyanos tuvieron la oportunidad de ver la película como ayer la pudimos disfrutar los holguineros. ¿Conoces cómo la recibió el público? Creo que la película a una gran parte de los espectadores le provoca una emoción —que incluyan a este periodista en ese grupo, salí del Cine Martí con un nudo en la garganta— y transmitir esa emoción es justamente lo que a mi me interesa hacer, un cine que parta de la recepción emotiva del espectador y luego provoque una reflexión. También creo que Martí el ojo del canario, va por ese sendero.

Los creadores por lo general dicen que quieren más a la última obra que hicieron, ¿Fernando Pérez siente algún cariño especial por alguna de sus películas? Quizá esto sea un lugar común, cuando uno hace cine con una gran identificación personal en lo que está haciendo, siento que en cada película que he realizado, hay un pedazo de mí, desde Clandestinos (1988) hasta Martí el ojo del canario, han sido procesos de mucha identificación.

Yo miro las anteriores y sé que a lo mejor hoy las haría diferentes, es decir cambiándole algunas cosas, pero esas películas son como yo era en esos momentos, entonces son como los hijos, que uno no tiene preferencia por ninguno en especial, se les quiere por igual, porque todas forman parte de mí.

Quise apartarme un tanto de la película, para que me respondieras otras preguntas que quizás te harían los lectores de La Luz, ¿cómo valora Fernando el momento actual del cine cubano? Pienso que la dinámica del cine cubano que se había perdido en los años ´90, por razones obvias que todos conocemos, ahora se está recuperando y esa dinámica está fundamentalmente en los jóvenes y en formas de producción que son totalmente novedosas a partir de que la tecnología digital facilita hasta cierto punto hacer una película.

Creo que es fundamental el empeño que uno ponga, en tratar de encontrar los caminos para hacer un cine que no tenga que esperar por la industria, y esa modalidad de producción yo pienso que en estos momentos le está imprimiendo una nueva dinámica a nuestro cine.

A juicio tuyo, ¿Qué puede ser lo más difícil para un realizador cubano hoy en día? Hacer cine siempre va a ser difícil, eso forma parte de lo que implica hacerlo, pero al final si uno se empeña lo logra. Para mí ahora que soy un cineasta establecido, que llevo 50 años en el ICAIC, y aunque cada cuatro años aproximadamente hago una película, no es así para un joven, pero pienso que si se empeñan y tienen vocación y luchan por hacerlo, pueden lograrlo.

No creo que sean los recursos de producción lo más difícil, lo engorroso es encontrar un lenguaje propio. Encontrarse uno mismo en lo que se está haciendo y esa si sería la experiencia que yo puedo dar. Lo más difícil es encontrarse uno mismo en lo que se hace, la forma expresiva de lo que se quiere decir para no ser superficial, para tratar de expresar la complejidad y la ambivalencia de los temas que uno está tratando, ese es el proceso más complejo, al que uno se enfrenta cada vez que va a ser una película. Pero a la vez es muy estimulante porque cada película es un nuevo reto.

Un momento antes de que te llamaran a maquillaje para entrevistarte en televisión, no perdí la oportunidad para preguntarte sobre proyectos futuros. Todavía me siento un poco como en el siglo XIX, dado el compromiso que Martí el ojo del canario entrañó no conmigo sino con la historia, pero ahora estoy intentando comenzar a escribir un guión de temática absolutamente contemporánea que tiene como enlace dramático el programa musical Nocturno. Sería una película muy sencilla, casi de manera independiente, quiero ensayar ese modo de producción que ha permitido que el cine joven esté dinamizando nuestra cinematografía.

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