miércoles, 6 de noviembre de 2013

Un puente Cuba – Estados Unidos / JRP

El joven norteamericano Jason Old fue el único delegado estadounidense que participó en la XIX Fiesta de la Cultura Iberoamericana. El antropólogo y profesor de estudios latinoamericanos de la South Eastern University of Lakeland, Florida, llegó a Holguín para exponer una hermosa y noble experiencia comunitaria que parte del deporte, pero además vino impulsado por el cariño que siente por nuestra isla y su pueblo. Su participación en específico fue en el VIII Congreso Iberoamericano de Pensamiento donde expuso sus experiencias así como los resultados que emanan de un proyecto que vincula y que ha tenido bases en América Latina. “La idea es utilizar el deporte, específicamente el futbol para crear redes de solidaridad y además promover desarrollo sostenible en comunidades desfavorecidas, mediante la educación y principalmente la salud pública. El proyecto inició en Honduras, donde yo jugaba en la Liga Insular de ese país centroamericano”, reveló Jason y de ahí inició un ameno diálogo que a medida que transcurría iba despertando mi interés como periodista por las respuestas del entrevistado. ¿Qué resultados han obtenido con este trabajo? El más reciente es que recibimos una subvención del Club Rotario de Virginia (USA) para llevar a cabo una competencia académica donde los 18 mejores estudiantes ganaron una beca por un año y con el dinero recibido además de cubrir los gastos de la beca, compramos para cada uno el uniforme, una mochila, materiales escolares, que quizás para ustedes esto represente poco pero para los estudiantes en los Estados Unidos significa mucho que le sean solventados estos gastos. ¿Cómo acogieron los delegados del Congreso tu proyecto? Esa fue precisamente una de las cosas que más me gustó. Se mostraron muy interesados, y creo que lo logré porque Cuba además de potenciar la cultura, hace cosas muy lindas por el deporte, y fue agradable para mí que intelectuales de notable reconocimiento como los que estaban allí reconocieran el valor de la experiencia que vine a compartir con los cubanos. Fue también una oportunidad muy buena para aprender no solamente de ustedes sino de los amigos latinoamericanos que están aquí por la Fiesta. ¿Tu presencia en Cuba de algún modo establece un puente entre Cuba y los Estados Unidos? Para mí eso es un privilegio y de hecho ya me pusieron el apodo de “El puente”. Cuando llegué al Aeropuerto el señor de la Aduana que me atendió se mostró interesado en lo que yo venía a hacer y cuando le expliqué me felicitó, ya cuando nos estábamos despidiendo le dije, tal vez algún día yo sea el enlace entre Cuba y los Estados Unidos. Este es mi tercer viaje a Cuba, la conozco de un extremo a otro, y en esta ocasión recibí con gran alegría la invitación para participar en la Fiesta Iberoamericana, cualquier excusa para venir a Cuba es buena. ¿Por qué? Porque me fascina el país, me gusta la historia, la gente, Cuba y Bolivia son mis países favoritos hablando de Latinoamérica. Sin embargo, hay muchas diferencias políticas entre Cuba y los Estados Unidos. Por supuesto, son sistemas muy distintos y yo quería ver si era verdad lo que se decía en contra del país. El primer viaje que hice aquí fue para conocer el sistema, aunque había leído mucho sobre la historia y la Revolución cubana, sobre los héroes, y realmente creo que entre nuestros dos países hay muchos puntos en común y el principal es que más allá de cualquier diferencia el pueblo norteamericano quiere mucho a los cubanos y viceversa. Al llegar en aquella primera ocasión me llamaron mucho la atención los carros norteamericanos que ruedan en todo el país, los hay que parecen acabados de salir de la agencia, ese es uno de los puntos que nos une. ¿Aspiras a que algún día nuestros países se entiendan? Para mí sería muy bueno, y yo sé que va a pasar, por ahora ya yo voy poniendo las primeras piedras en lo que puede ser un puente a través de la cultura.

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